Ocurre que
Se irá tu cuerpo
Y tendré que
Escribir las paredes.
Y aún así
Me faltará gotelé en las letras
Para no romper el aire
De este paracaídas de terciopelo.
Ocurre que
Se irá tu boca
Y tendré que
Llenar con huecos los escombros.
Y aún así
Me sobrarán silencios en los versos
Para no asumir el polvo
De este atardecer de chubasquero.
Ocurre que
Se irán tus manos
Y tendré que
Abrigar este sueño.
Y aún así
Me faltarán recuerdos en los hombros
Para no terminar los renglones
De este cuaderno de sobresaltos.
Ocurre que
Se irán tus ojos
Y tendré que
Coser sin hilo mis remiendos.
Y aún así
Me sobrarán pestañas en los párpados
Para no recordar el guiño
De ese amanecer de habitación.
Ocurre que
Se irá tu cuerpo
Y ya no podré abrazarte el alma
Ni tocarte con la mano los versos
Ni mirarte con los labios las manos.
Ni besarte los ojos con las líneas.
Eso es lo que me ocurre.
Me has puesto triste, pero contento al leer algo así.
ResponderEliminarMe ha sonado a canción, bellísimo.
ResponderEliminarM.
sí, podría ser una hermosa canción. no hay verso que suplante un cuerpo tangible. certezas que dan miedo, es comprensible. me gustó!
ResponderEliminarcómo me están gustando tus últimos poemas, me llegan sin más misterio o mejor dicho con todo el misterio que tienen los versos cuando son poesía
ResponderEliminarbesicosss