No es humano
Y tiene la capacidad de desahuciarnos los ojos.
La aceleración se dilata
Y todo flota en calles tremendamente extensas.
Es un sonido que no tiene voz,
Que no suena a palabra
Pero que grita tan fuerte
Que ni la voz ni la palabra
Pueden acallarlo porque están tragadas dentro.
Corta.
Deja sin aliento.
Duele.
La agonía recorre la calle
Mientras el alma desfila antes de escaparse.
Otros coches vuelan
Para encontrarse los ojos en una sala rota,
Donde nunca sabes a qué esperas.
Y las llamadas,
Y las luces de tráfico,
Y los últimos momentos,
Y las lágrimas…
Es sólo cuestión de segundos.
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