He leído unas 12 manzanas
Y aún me retumba tu voz.
Agua caliente sin ropa
Y tu voz.
Sábanas verdes sin sueño
Y tu voz.
Coches vacíos sin música
Y tu voz.
Cristales sucios sin silencios
Y tu voz.
Luego,
toda esa vorágine de descoincidencias,
De promesas al aire que nunca debieron rozar los labios,
Mis labios que nunca debieron rozar tu cuello
Ni beber hasta comerse las luces en la ventana.
En la pupila
La voz.
En la escalera
La voz.
En las pestañas
La voz.
En los portales
La voz.
En los labios
La voz.
Ahora
Ya nada.
que barbaridad Almu, a ver cuando te lo vemos leer en la jam, me gusta muchísimo. Y la nueva cara del blog muy bonita sí!!
ResponderEliminarBesicoss
Me gusta mucho, mucho. Precioso.
ResponderEliminarGigante, pequeña!
ResponderEliminarNo sé muy bien qué sentimientos despierta este poema, pero despierta, ni cuánto y cuantos despierta, pero puede que sea eso lo que hace que una obra de arte sea ópera magna y pieza maestra. Esa voz sigue siendo eterna en mi cabeza, rompe los hielos transformando los pedazos en figuras de porcelana. Tú, en una esquinita te haces grande y grande, hasta ocuparlo todo. Ahora sí, el mundo eres tú.
Es como un zumbido que persiste, muy bueno.
ResponderEliminarUn beso.
Oh, gracias, me siento halagado
ResponderEliminarfdo: Frank Sinatra