viernes, 27 de mayo de 2011

INVERNAL. Jordi Doce

El tiempo no te ha dado las respuestas,

Sólo nuevas preguntas.

Declina con las horas

La luz, las calles se despueblan,

Desde tu cuarto sólo ves

Un futuro de ramas harapientas,

La noche agazapada en los tejados,

Y crees sentir, incluso, esa quietud

Que precede a la nieve

Como un aliento contenido,

Algo que espera a ser

Y desespera.

El invierno

Lo hace todo más simple,

Con su buril de frío y de carencias.

Es una disciplina,

Un acuerdo entre el mundo y su reverso,

El lado de penumbra en que se apoya.

El color de la tarde

Se iguala al pensamiento.

Cae sobre la calle

Una luz aclarada, casi exenta,

Y todo se distancia y adormece

Como en un objetivo,

Como si el mundo fuera un diagrama del mundo,

Un mapa desnutrido y eficaz

Que ha dado con el hueso de las cosas.

La mente se complace en el invierno.

Le alivian sus aristas,

Su quieta economía,

La forma en que se atiene a lo que tiene.

Todo lo simplifica,

También estas preguntas intranquilas

Que cambian con el tiempo,

Que no cambian.

miércoles, 25 de mayo de 2011

LA LUZ A TÍ DEBIDA. Ángel González.


Sé que llegará el día en que ya nunca

Volveré a contemplar

Tu mirada curiosa y asombrada.

Tan sólo en tus pupilas

Compruebo todavía,

Sorprendido,

La belleza del mundo

y allí, en su centro, tú,

iluminándolo.

Por eso, ahora,

Mientras aún es posible,

Mírame mirarte;

Mete todo tu asombro

En mi mirada,

Déjame verte cuando tú me miras

También a mí,

Asombrado

De ver por ti y a ti, asombrosa.


***

La sutileza de sus palabras y como van ligadas como si saltase la chispa de la música en sus versos... ojalá alcanzara aunque fuese un cuarto, de la grandeza de su arte.

martes, 24 de mayo de 2011

WHERE IS MY MAN. Ana Rossetti.

Nunca te tengo tanto como cuando te busco
sabiendo de antemano que no puedo encontrarte.
Sólo entonces consiento estar enamorada.
Sólo entonces me pierdo en la esmaltada jungla
de coches o tiovivos, cafés abarrotados,
lunas de escaparates, laberintos de parques
o de espejos, pues corro tras de todo
lo que se te parece.
De continuo te acecho.
El alquitrán derrite su azabache,
es la calle movible taracea
de camisas y niquis, sus colores comparo
con el azul celeste o el verde malaquita
que por tu pecho yo desabrochaba.
Deliciosa congoja si creo reconocerte
me hace desfallecer: toda mi piel nombrándote,
toda mi piel alerta, pendiente de mis ojos.
Indaga mi pupila, todo atisbo comprueba,
todo indicio que me conduzca a ti,
que te introduzca al ámbito donde sólo tu imagen
prevalece y te coincida y funda,
te acerque, te inaugure y para siempre estés.

*
Es tan fácil seguirla, tan fácil imaginarla... cómo no iba a gustarme. Creo que este blog está empezando a cambiar de aires.

domingo, 15 de mayo de 2011

J.L. ZÚÑIGA

Credo in unum hominem


Creo en todo lo incierto que remueve montañas,
en las incertidumbres de no saber mañanas ni fechas fijas en el calendario,
en lo que va a venir sin esperarlo. Creo

en la fuerza imparable de las palabras dichas sin artificio alguno,
en el empuje de la inmensa masa de gente como yo
sin esperanza, con convencimiento (al decir del poeta).

Creo en la muerte como adiós a la vida sin lápidas ni cruces ni sandeces
dichas solemnemente y a destiempo. Creo

en la soledad del hombre despojado de todos sus andrajos,
renacido en los otros para ser uno y trino.

Creo en todas las cosas que dejamos al borde del camino
por si alguien las recoge con templanza y las guarda en su almario.

Creo en ti,
anónimo enemigo o indescifrable amigo,
en todo lo que puedes hacer para cambiarme,
para secar al sol tanta tristeza que no tiene motivo y sí remedio.

Creo

en que nada en el mundo es inmutable
ni está escrito el momento en que ha de cambiar todo si así nos lo queremos.

Creo en la comunión de todos los que buscan y no encuentran,
en el advenimiento de quienes han de hacernos solidarios
sin mesiánicas dotes de profeta,
en las palabras sin sentido llenas de sentimiento. Creo

en lo que puedo y en lo que no puedo,
en la resurrección de lo imposible,
en las calles abiertas, alamedas
que volverán a abrirse. Creo

en que se puede amar a mucha gente a la vez sin estar loco ni tampoco cuerdo,
en los brazos de todos los abrazos, en la infamia de todas las mentiras,
en el cuento sin cuento. Creo en las lágrimas
que no afloran de golpe y se acomodan en el rincón inhóspito de tantos corazones,
a la espera de salir a la calle y llorar de verdad. Creo

en que no hay nada mío ni vuestro, y mucho menos suyo, que lo nuestro
no debe ser un tropo impronunciable. Creo

en todos los locos. Creo en ti, creo en mí, creo en nosotros. Creo

que ha valido la pena haber vivido aunque haya tantas cosas por hacer todavía,
tanta pena en los cuerpos y en las almas, tantas oscuridades que no acierto a alumbrar.

Creo en el hombre.

***
Será porque es un genio, y me ha concedido el regalo maravilloso de encontrar y saborear sus versos.
Porque no podía dejar pasar la ocasión de rendirle homenaje, y vencer el miedo de enseñar mi voz al micro y cantar lo que él ha escrito. Para todos un 13 de mayo.