Estar
en esta cárcel
Y
seguir hablando de libertad.
Y
tener las manos salpicadas
Hasta
donde los tobillos pierden la sombra.
Y
no saber hasta cuando
Ni
hasta donde
Y
menos aun
De
qué manera.
Pero
tejer sin dejar la saliva
Y
alimentar el maíz del estómago.