
Ya sé dónde voy a morir
  Hoy mismo me he dado cuenta.
   
  El sitio en particular es
  La cárcel.
   
  No es metáfora
  Y creo que no peco de hipérbole.
   
  Será la cárcel
  Porque me duele tanto el golpe
  Que el tiempo y la paciencia
  No cicatrizan los moratones.
   
  Las bañeras no se hicieron para llorar,
  Qué sentido tiene
  Sentarse desnuda bajo el agua
  Y llenar más rápido la bañera con los ojos
  Que con el grifo.
   
  Sé que será la cárcel
  Porque la palabra “odio” ya ha salido de mi boca.
  Y decirlo en alto supone
  Haber dejado de comprender
  Por qué tu sangre me hierve a mí en el cerebro.
   
  No es del golpe de la barra de la cortina
  En la cabeza, que también.
  Es de cada martillazo, de cada voz,
  De cada átomo de oxigeno que capturo que te molesta.
   
  Mi llorar de bañera ha dejado de comprender
  Por qué no puedes asumir que no me esclavizas,
  que es negro envidia el color de tu chaqueta,
  que está en ti el problema de mirarse mal al espejo.
   
  Sé que será la cárcel
  Porque nadie entiende un corazón torturado de injusticia
  Ni yo perdonaría el impulso de mis manos.
  Porque no sería locura,
  No sería embriaguez;
  Sería el rebosar de un vaso, a mitades llenas
  De alientos, y de mierda.
   
  No albergo suficiente mezquindad en mí
  Como para devolverte tu misma herida.
  Esas heridas por las que no entras en una cárcel.
  Por eso mi mente recurre al homicidio fácil,
  Ese daño que todos reconocen, que es visible
  Y aún así no nos igualará de ningún modo.
   
  Creo que el sitio ya no será la cárcel.
  Acabo de cambiar de opinión.
  Será un sitio más blanco, más caótico…
  Algo así como… el psiquiátrico.
   
  Porque aunque me doy miedo a mi misma
  Con el cuchillo o la ballesta cerca
  En mi fondo sé que en los 24 fotogramas de ese segundo,
  Almu antes cerraría los ojos y lloraría en la rabia.
   
  En ese suponer contradictorio
  Sumando y sumando
  Fotograma, contradicción,
  Contradicción, fotograma
  Segundos, ultracontradicciones
  Tiempo, locura,
  Yo.
   
  Decididamente será en un puto psiquiátrico
  En el que no dejaré de preguntarme
  Por qué
  Necesitas utilizar los verbos
  Machacar
  Doler
  Enrabietar,
  Para no asumir que no somos propiedades.
  Que tus carencias son tuyas y yo no tengo la culpa
  De haberme comido la voz,
  De exprimirla al cantar, al escribir, al reír.
  Que no es mi culpa haberme dado de bruces con los escenarios
  Que se me escapen los chistes
  O que no pueda dejar de inventar en imágenes.
   
  Definitivamente será el psiquiátrico
  Donde respire por  última vez.
  Entre las preguntas
  Y este dolor en la cabeza
  Que tanto, tanto me sangra
  Aunque nadie me lo ve.