jueves, 16 de diciembre de 2010

LA OSCURA RAÍZ DEL GRITO


Era simplemente el hecho de amar.
De mantener ese amor por encima de todo. Y de que lo físico, lo emocional y lo intelectual se pusieran al buen servicio de ese amor.
Un amor por la vivencia personal, por el crecimiento interior, por el desarrollo de potenciales, por la creencia sana en uno mismo, por la empatía... por el TEATRO.
No se puede escribir con palabras las ganas de vivir y de apostar por una forma distinta de entender el mundo. Quizá sólo seamos una pequeña porción del mundo, pero para nosotros que lo hemos vivido... es más que suficiente, es un regalo que en otros lugares no se permite, ni se ofrece.
Esa lucha, sin freno, esa ilusión, esa fuerza.. nos hizo subirnos a las tablas... y dejar tantos buenos recuerdos y momentos que hoy forman parte de lo que somos. De lo MUCHO que somos.
Porque la risa y el llanto han estado cerca, porque los nervios y la confianza se mezclaban... porque formábamos algo distinto. Todos... podemos hablarnos casi sin palabras ahora.
Hoy se baja triste el telón... porque el saludo final está incompleto.
Y lo llevamos dentro... y no se marcha de nosotros... porque cuando nos roban a alguien... la mejor manera de hacer que viva más tiempo.. es no dejar de quererlo nunca.
Qué razón tenía aquella canción... " ese vacío que deja..."... "es como un pozo sin fondo que no se vuelve a llenar"... sí que se siente... sí... qué más da el tiempo...
Sólo puedo decir GRACIAS, porque jamás he sentido tanta confianza en mí a la hora de "subir las escaleras", a la hora de saber que "puedes hacer algo" de "tener algo dentro". Por se distinta. Y todo lo que eso conlleva que prefiero guardármelo como un tesoro.
Te Quiero.

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